Para historias multimedia, respuestas multimedia

Respondiendo a la pregunta de los compañeros sobre qué ideas o ejemplos concretos de otras tendencias pueden o estar por venir en el futuro, propongo traer a colación el ejemplo de VICE NEWS y mencionar una posible nueva forma de dar uso a un medio digital como este.

Según Jason Mojica el director editorial de este sitio, lo que ha hecho único a su medio ha sido la presentación de historias de forma original, para lo cual ha hecho uso de los vídeos de calidad como herramienta fundamental para presentar relatos novedosos e interesantes.

Aunque existen diferentes medios que hacen uso de esta herramienta, lo que no hemos hecho es explotar la misma. Así como algunos medios digitales dan la opción a los lectores de dar “like”, compartir  o comentar los contenidos, podríamos proponer una forma novedosa de interacción con las audiencias que haga uso de las mismas herramientas digitales, de las que en este caso, hace uso VICE NEWS.

Con esto me refiero a que podría ofrecérsele la opción a las audiencias, de que comenten sus vídeos con contenidos audiovisuales también. Generar interacción a partir de invitar al público a crear sus propias fotografías o videos cortos que respondan al material o a la historia presentada por el medio. Esto podría generar formas distintas de interacción con el público y a su vez promovería un uso más responsable de los medios y del internet. Los comentarios inapropiados, ofensivos o sin sustentación son muy comunes en los medios digitales ya que el usuario no debe dar la cara ni está obligado a revelar su identidad. Al promover la publicación de fotos o vídeos como comentarios, se ofrece la opción de que el público muestre su rostro o su voz, o genere contenidos propios, lo cual contribuiría a un uso más respetuoso, responsable y  creativo de los medios digitales.

 

Un lector que no interactúa, no vuelve.

La premisa de que el periodismo debe estar en función de sus lectores parece una obviedad. La razón misma de existir de los medios de comunicación y con ellos, las revistas, las emisoras, los canales de televisión, los periódicos etc. son los individuos, el público, la sociedad. Durante mucho tiempo la conexión entre el medio y los receptores estaba rezagada a cartas por telegrama o llamadas telefónicas. Lo digital permite que los usuarios que consumen el contenido producido por los periodistas puedan discutir e interactuar con el resto de lectores y con el mismo medio, en tiempo real. En efecto, esta tendencia ya ha sido atisbada por varias empresas en la industria, sin embargo, puede que falte mucho por explorar por lo que podría considerarse una “nueva-vieja tendencia” que seguiremos viendo en los próximos años en el periodismo digital.

En esencia estaría apuntando a lo que podría denominarse “el periodismo en función de los cibernautas”. Para esto, los medios de comunicación deben estar muy atentos de las dinámicas de los usuarios que navegan en sus aplicaciones y portales en internet. Hace dos décadas los periódicos y sus periodistas, sólo se enteraban de que los ciudadanos reprochaban sobre los contenidos del diario a través de las cartas al lector o de las discusiones próximas a sus familiares. Mientras tanto, podrían creerse fácilmente que la edición había sido un éxito. Con internet, es posible rastrear lo que las personas comentan, critican, celebran, corrigen o increpan de los contenidos que producen los periodistas de manera inmediata. Esta, la participación activa de la audiencia puede ser parte de la disrupción con la red; y puede pensarse al mismo tiempo, por qué no, como insumo para extraer ventajas y montarse a la ola digital.

Al hablar de este asunto de la audiencia es posible traer a colación el éxito de proyectos como Actualidad Panamericana en Colombia. Sin entrar en la discusión sobre si lo que se produce es periodismo o no, considero que la proximidad que este portal logra a través de su interacción con sus usuarios, es parte de la clave de su escalada en tan poco tiempo de creación. Es común que este medio retuitee, responda, comparta y dialogue con sus seguidores en tuiter y que de esta forma logre crear un sello distintivo entre sus lectores. Este sucinto ejemplo puede llevarnos a plantear un foco de reflexión sobre la audiencia, ¿Cómo lograr cercanía con los lectores?, ¿Cómo usar las críticas y opiniones de la audiencia para mejorar la oferta de contenidos?, ¿Cómo lograr conquistar a un cibernauta para qué lleguen más visitas inducidos por este?, ¿Cómo aprovechar internet para lograr debates productivos entre los usuarios sobre los temas noticiosos? En fin, quizás siga pareciendo evidente esta tendencia, o de antaño, pero a lo me inclino es a no subestimar a los consumidores en la ola digital, a escucharles, leerles y lograr responder a sus expectativas. A fin de cuentas el periodismo digital existe en función de estos.

Gif tomado de: http://www.gifmambo.com/media/673889_creepy-applause-clapping-audience-old-fashioned-applaud.gif

[reflexión no. 3] Los medios de antes hoy

La sesión pasada giró alrededor de las formas como los medios tradicionales han afrontado (o no) a Internet que, en términos temporales es: pasado contra presente. Inspirados por las 6 tendencias que están y se avecinan tanto para el oficio como en el negocio periodístico, queremos que piensen y/o imaginen ideas o ejemplos concretos de otras tendencias que ustedes crean que están o estarán por venir (o ya existen pero no se han explotado). En términos temporales, el ejercicio sería: presente contra futuro.

Estefanía y Tomás.

¿Derrotar o retar? Un desafío para el periodismo de hoy

El “derrotas” solía ser un apodo que usábamos con mis compañeros de pregrado para llamar a un amigo que nunca pudo ganar una partida de Risk en nuestras tardes de ocio y juegos de mesa. Imposible no remitirme a este recuerdo al leer la premisa que presenta Omar Rincón en su texto El periodista Dj es el medio. Y es que, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de derrotar?

Me remito al diccionario de la Lengua Española y la primera definición del verbo derrotar es: “Vencer y hacer huir con desorden al ejército contrario”, no muy distinta, una segunda definición nos plantea: “Vencer o ganar en enfrentamientos cotidianos”. ¿Son entonces los periodistas y las audiencias ejércitos contrarios que se enfrentan para conquistar el mundo de las historias?  ¿El “derrotas” en este juego vendría siendo el periodismo, que se dejó vencer por los ciudadanos? No, no creo, considero que las audiencias -consientes o no- están demandando un periodismo diferente, nuevas formas de narrar las historias de ayer y hoy. Este es el reto que enfrentan los periodistas hoy en día.

Enfrentamiento

¿Periodismo vs ciudadanía?

Comparto la idea de que las audiencias se están empoderando y están haciendo uso de los nuevos medios para tomar partido de lo que en el pasado era labor exclusiva de investigadores y periodistas: contar historias. Pero esto no significa que la labor del periodista esté vencida, yo lo percibo más como un reto para los periodistas en encontrar formas nuevas de narrar, que estén acordes con los nuevos medios y tecnologías. Como el mismo Omar Rincón lo menciona en su texto, la crisis del periodismo no está ligada a un problema ideológico o económico, sino a los formatos, narrativas y estéticas. (Rincón,2013:9)

Para no quedarnos en la discusión, quisiera traer a colación un ejemplo que ya todos conocemos pero que vale la pena revisar, como un ejemplo de periodismo novedoso, que da cuenta de la importancia de experimentar con los formatos y las maneras de narrar. Actualidad Panamericana es un ejemplo de periodismo digital que hace uso de la sátira y el humor con el fin de entretener al público. Es un portal web que genera contenidos informativos falsos que no corresponden a la realidad, pero que a diario ponen sobre la mesa temáticas qué son noticia actual y que promueven entre el público formas distintas de percibir la realidad del país.

Los creadores de Actualidad Panamericana son todos profesionales en el campo de las comunicaciones, que prefieren trabajar bajo el anonimato, sin embargo permiten e invitan a las audiencias a participar en la creación de las “noticias”. Tienen un espacio en la página web para recibir propuestas de desconocidos y contactan a personas que publican contenidos humorísticos o chistes en las redes sociales, para pedirles que escriban noticias o que les permitan usar sus chistes a cambio de atribuirles los créditos públicamente.

Este proyecto deja varios temas para reflexionar sobre la labor periodística y el papel de las audiencias. Un hecho que ha evidenciado este medio, es que ni los periodistas, ni los políticos, ni la ciudadanía en general nos preocupamos por informarnos, por corroborar la información. Muchos han caído en la trampa de creer estas noticias y replicarlas, difundir los titulares e incluso redactar nuevos contenidos de opinión o crítica que lo único que han hecho es poner en evidencia la falta de rigurosidad y responsabilidad.

Estos jóvenes han podido encontrar la manera de trabajar de la mano con el público, en tanto “valoran la inteligencia colectiva” (Extracto tomado de la entrevista realizada por la revista Semana a AP ) Actualidad Panamericana ilustra sobre alternativas de narrar historias, un acto que no implica la victoria o la derrota de ningún bando.

Lizeth.

Fuentes con voces, no periodistas

Uno de los grandes problemas del periodismo de hoy es que muchos de los que ejercen el oficio son de la opinión de que fueron derrotados por el “periodismo ciudadano”, y están tan convencidos de ello que se toman el tiempo de escribir ensayos como El periodista Dj es el medio. Pocas cosas son tan tristes como leer a un periodista que está convencido de que los ciudadanos cuentan historias mucho mejor que los de su profesión, y si el texto no estuviera cargado de una generalización tan abrumadora, dejaríamos pasar la ofensa, pero ese no es el caso.

Si se buscan medios que ejerzan ese “periodismo ciudadano” (término que ofrece tanta confianza como “dentista ciudadano”) encontramos una página web llamada Bottup cuyas publicaciones provienen de esos ciudadanos a los que O. Rincón se refiere en su ensayo, pero los entiende de una forma muy distinta.

Bottup es un medio en el que las noticias las dan los usuarios, entendiéndolos más que nada como fuentes de información que al mismo tiempo forman parte de la audiencia. Esos usuarios que proporcionan la noticia tienen potestad para decidir el enfoque que ella va a tener, e incluso pueden enviarla redactada para su publicación. El siguiente paso es de suma importancia: al recibir la información, el medio la pasa a su grupo de periodistas, quienes corroboran los datos, la veracidad de las fuentes que el usuario maneja en su escrito, editan el texto, editan el título, sacan subtítulos y, en ocasiones, la expanden y agregan fotos y/o videos que la complementen. En otras palabras, el ciudadano demarca el tema y proporciona la información, y el periodista toma ese material y hace periodismo. ¿Hay alguna diferencia con cómo se hacía el periodismo antes de la llegada del internet? Sí, ahora el medio responde mucho más a los deseos de su audiencia y trabaja mucho más de cerca con ella, pero más allá de eso el ciudadano continúa siendo una fuente de información y el periodista continúa siendo periodista. Hay una diferencia evidente entre ambos.

La crisis periodística existe, de eso no hay duda, pero las razones no tienen nada que ver con que los ciudadanos estén haciendo periodismo. Más bien, es un problema de adaptabilidad. Los periodistas, y junto a ellos los medios, han sido incapaces de evolucionar y adaptarse a un mundo conectado que trae millones de posibilidades para mejorar la creación y transmisión de noticias, y en lugar de ver oportunidades solo han visto inconvenientes. Con la creación de aplicaciones para teléfonos y la posibilidad de comunicar los hechos del momento usando fotos y videos en vivo, pareciera que los medios y periodistas están empezando a entender el camino que deben tomar, pero no se puede saber con certeza qué ocurrirá. Sólo queda esperar que por lo menos los periodistas sean capaces de dejar a un lado las competencias con los ciudadanos y empiecen a verlos como lo que de verdad son: aliados para realizar un mejor trabajo.

Crear contenidos para el negocio

Internet llegó a salvarnos, a inventar el posperiodismo, pero también a favorecer el oficio como negocio. Para contrarrestar el hecho de que la gente está haciendo periodismo a diario favorecidos por el acceso a la tecnología, los periodistas buscan contenidos para ofrecerle alternativas a los usuarios, y eso es información de farándula, que más que entretenimiento bien trabajado, es sensacionalismo.

En este punto el periodista debe alejarse de eso y convertirse en un periodista Dj, lo que se traduce en la creación de contenidos nuevos que alejen a los lectores de la información contaminada que llega por todos los medios, y convertirse en ese medio. Esto significa no ser un curador que solamente selecciona información sino jugar convertir los datos que llegan por todos los canales, y como las notas musicales, jugar con ellas para crear una melodía, juntar los retazos de información en torno a un tema y hasta obtener una pieza periodística que ofrezca solo lo atractivo y elimine la basura.

Sin embargo, para que esto tenga éxito el público debe estar formado por ciudadanos activos, pues son ellos y sus reacciones los que le dicen al Dj qué funciona en determinados entornos, qué tiene éxito, cuáles ritmos combinan y se convierten en cocreadores de la producción periodística.

Los medios independientes ya no existen, no son posibles en la sociedad de hoy, todos persiguen una ideología, todos dependen de la esfera pública y luchan por imponer la agenda setting, lo que no está mal si es estrictamente en ese sentido. Pero si la independencia representa desconectarse de los ciudadanos para perder legitimidad y credibilidad, es donde se debe revaluar el papel y valor social de ese medio. Gran parte de esta tarea la tienen los buenos periodistas, pues su calidad debe ir más allá de lo malo que pueda ser el medio al que pertenecen, deben cuestionar los poderes, las estructuras burocráticas de las sociedades, y con buen criterio e investigación deben fortalecer las democracias.

La narración a las audiencias es otro tema clave, de nada sirve tener un excelente material si no sabe cómo comunicarlo. Y se debe tener esa atención precisa en cada pieza, pues un usuario puede ser una oportunidad única, si lo decepcionas la primera vez que logras atraerlo a ti, quizás no vuelva. Tal como puede suceder con un establecimiento comercial con la mejor infraestructura y óptimas condiciones para su objetivo de negocio, cuando se vende entretenimiento y se tiene un mal Dj, de nada va a servir todo lo demás. Primero alcanzar tu objetivo, luego el valor agregado.

Datos, redes, información, usuarios, herramientas, multimedia, información, conexión, aplicaciones, son muchos conceptos que en una sociedad hipermedial ya no significan nada por separado, pero son la solución con la relación adecuada entre ellos. Con el usuario se debe ser transparente, se le debe demostrar que como lector importa antes que el negocio. Claro, todos necesitamos los ingresos, pero esto no debe interferir en el producto que ofrecemos, al menos no de forma que nuestro público objetivo lo note.

 

Paola Páez Infante

Prosaicos

Advertencia sobre el ligero regusto “filosófico” del párrafo a continuación.

Una cosa es narrar el mundo y otra describirlo. Cualquiera con experiencias empíricas puede afirmar lo que ocurre a su alrededor. “En frente tengo un árbol” es una afirmación descriptiva, pero poco informativa para quien este con esa persona, porque, posiblemente, también está viendo el mismo árbol. En cambio “El árbol delante me gusta” provee información adicional que otras personas podrían no saber. Ocurre algo similar con el periodismo ciudadano: alguien tuvo como suerte estar en un accidente de tránsito; toma una foto y describe la situación ¿es esto una historia?

Aún no puedo pensar en un ejemplo que respalde la idea de Omar. Para la clase anterior tenía en mente la aplicación Waze, que convirtió a los reportes de tránsito en vivo en información trivial, al menos para quienes tienen acceso continuo a Internet. Imaginemos el futuro: la mayoría de Occidente (como un grupo histórico amplio que ha compartido ciertas tradiciones) tiene acceso a smartphones, a conectividad y usa Waze, ¿qué canal de televisión se molestará en ofrecer la información de tránsito? ¿Alguien escuchará en radio el reporte de tráfico que puede conocer en tiempo real? Son preguntas retóricas; seguramente alguien sí seguirá prestando atención a esto, pero son contenidos informativos que, casi seguramente, desaparecerán porque el intermediario -esto es, el medio- ya no es necesario. Es información que la gente tiene sin su ayuda.

Lo relevante del caso de Waze es que su información la provee los propios usuarios, o sea, el periodista no es necesario, las personas crean esta información. Punto para Omar, se puede pensar, pero no. Esta información no es una historia, acá no se cuenta nada, no se narra algo, apenas es una descripción del mundo. Así, tampoco es una historia los datos climáticos diarios. En cambio, una persona podría reunir algunos datos de Waze, o sobre el clima, que revelen tendencias o dificultades y preguntar por qué ocurren, investigar a partir de allí y, en ese caso, armar una historia.

Estos ciudadanos le evitan una tarea al narrador-periodista, que es buscar la primera información, el qué. Pero este ejercicio prosaico de aventar información y datos es lo mismo que hace la persona que dice “En frente tengo un árbol”, en mi ejemplo.  Afortunadamente, el prosaísmo no es narrativo. Si las noticias y primicias las tienen ahora los ciudadanos, las historias le siguen perteneciendo a quien se interese por informar sobre más aspectos. Conocer más, pero los ciudadanos no están haciendo esto, al menos no con rigor y disciplina. Cuando lo hagan, harán periodismo o arte.

Creo que el engaño de la polémica idea está en pensar que la especialidad de los periodistas es contar historias, como si fuera una cualidad única y exclusiva. Me parece una idea romántica e ingenua: romántica porque imagina al periodista como este cuasi mártir cuya vida entrega a la verdad por la humanidad, ignorando los chascos, las bajezas o la abrumadora ola de contenido diario intrascendente; ingenua porque obvia que el periodismo como se conoce, no tiene más de 300 años. Los humanos han contado historias (de ficción y no ficción) y narrado el mundo desde que nació el lenguaje. Homero y Platón narraron Grecia y sus costumbres ¡hace más de dos milenios! Así, al periodismo no lo ha “derrotado” nadie en su especialidad, porque nunca fue tal: cualquiera con la sensibilidad, curiosidad y disciplina suficiente y necesaria -o sea, no cualquiera- puede hacer trabajo periodístico.

Tomás.